La Montañeta, 330 años se desmoronan

por Pedro González Sosa

La familia Molina Aríñez se encargó en 1927 de reparar la ermita.

La ermita de San Juan de Guia, conocida como «la de La Montañeta», fue mandada construir en 1687 por el entonces alcalde de la villa y regidor perpetuo de la isla y regidor perpetuo de la isla Juan de Vitoria y Vélez de Guevara y su esposa María del Pino Acosta Luján por escritura donde además de levantarla, los promotores fundan una Capellanía de misas y Patronato exigiendo a sus sucesores «la celebración del culto y aseo [?] obligándonos a dotarla para reparos imponiendo sobre nuestros bienes una misa cantada el día del nacimiento del dicho glorioso San Juan Bautista». La dotación económica recaía «sobre un cercado que dicen Los Llanos plantado de viñas de seis fanegadas que va desde La Dehesa a la Villa que se riega con agua del Heredamiento del Palmital», terrenos que incluía un montículo que la versión popular bautizo como «La Montañeta» en lo alto del cual levantó la pequeña iglesia. En 1793 el Patrono Esteban de Quesada, casado con una de las nietas del fundador, debió abandonar sus obligaciones como tal porque el obispo Tavira manda cumplir en la parroquia las misas impuestas.

En 1829 se advierte que la ermita esta «casi en ruinas», advirtiéndose de ello al Patrono Juan Gregorio Jaques, marido de Estebana Merino, por lo que el párroco José Valdéz llevó los ornamentos a la iglesia matriz. La ruina debió ir en aumento convertida finalmente en pajar hasta que en 1900 adquiere los terrenos que la circunda María Antonia Ariñez Padrón (conocida cariñosamente como Mariquita Antonia) y su esposo Luís Molina Rodríguez quienes se afanan en reconstruirla aprovechando y respetando su primitiva estructura y estilo para ponerla al servicio del barrio, trayendo desde Artenara una pequeña imagen de San Juan Bautista que había sido allí sustituida y que desde entonces preside, o presidía porque ignoramos si alli se encuentra todavía, su altar principal. Aún en 1927 la ermita fue objeto de nuevas reparaciones a cargo de la familia Molina-Ariñez y testimonio de ello puede advertirse en uno de los rústicos escalones que desde los riscos dan acceso a la pequeña plaza que la circunda, donde puede leerse el siguiente texto, seguramente trazado en el todavía blando cemento: «En memoria de María Antonia Ariñez. 1927».

Con el paso del tiempo, y hasta que falleció hace escasos años, la ermita pasó a la propiedad de un nieto de Mariquita Antonia, único hijo de Francisco Molina Aríñez y Rosa Almeida Hernández quien, incluso, la alquilaba para bodas. A partir de aquí nada hemos sabido de los avatares respecto a la sucesión de esta varias veces centenaria pequeña iglesia de San Juan de «La Montañeta» hasta que hace un par de años vecinos de aquel barrio advirtieron de las supuestas intenciones de los actuales propietarios de demolerla no sabíamos con qué intenciones, momento aquel que aprovechamos para la publicación de unas notas advirtiendo del peligro de desmoronamiento y ruina total. Días después, los nuevos herederos-propietarios nos llamaron para tranquilizarnos, en el sentido de que «no era su intención derribarla, ignorando la razón por la que se ha creído entender que querían demolerla».

Hace unos años el Ayuntamiento de Guía, me dicen, inició los trámites en el Cabildo Insular de Gran Canaria para su declaración como Bien de Interés Cultural e Histórico, pero hasta el momento el silencio de la respuesta ha sido la nota dominante.

Ahora, de nuevo, los vecinos alarmados nos susurran el estado del todavía mayor lamentable deterioro en que se encuentra la ermita, ante la indiferencia de todos los responsables políticos y de la Administración, en tales proporciones que parte de su techo, como han podido advertir a través de un hueco de su única y principal puerta, se ha caído sobre parte de los bancos, adjuntando unas fotos que sirven de ilustración a estas breves notas. Suponemos que ante las actuales circunstancias los «organismos competentes» (léase, Ayuntamiento y Cabildo) se apresurarán a salvaguardar esta parte de la historia religiosa de Guía de Gran Canaria sin demora alguna. Esa, al menos, es nuestra esperanza.

publicado el día 09-01-2017 en La Provincia

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