“Sin la peatonalización, el centro histórico de Guía no tiene salvación”
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Juan Luis Monzón, arquitecto y técnico municipal, es probablemente la persona que mejor conoce la ciudad de Guía y su relación con el territorio y con las personas que la habitan. Este reconocido urbanista de profesión, y de corazón, reflexiona en esta entrevista sobre el pasado, el presente y el futuro de la ciudad.
Desde un punto de vista urbanístico, ¿qué supone para la ciudad de Guía la llegada de la universidad Fernando Pessoa?
Bueno, creo que es sencillamente una buena noticia porque conlleva una posibilidad potencial de ayudar a la recuperación de la ciudad. Hay que decir que una de las estrategias más exitosas para la revitalización urbana está relacionada con la conexión entre la función universitaria y la recuperación de los centros históricos. Ejemplo los tenemos en muchas ciudades grandes o pequeñas del mundo. Las instalaciones derivadas del uso universitario permiten recuperar elementos singulares del patrimonio cultural, se regenera la vida urbana, se revitaliza el alojamiento, el comercio local, etc. Pero hay que tener en cuenta, que en el caso de Guía, creo que no va a producir un efecto automático por la inercia inmovilista en que la ciudad histórica está inmersa desde hace muchas décadas. Habría que ayudar a la Ciudad a prepararse y recomponerse para este reto mediante instrumentos de gestión público-privados, que incentiven la integración con este nuevo uso y que vaya produciendo poco a poco la revitalización deseada.
Cuando hablas de inercia inmovilista, ¿qué consecuencias tuvo para Guía?
Bueno, pienso que la ciudad y otras muchas del Norte, en un determinado momento, a partir de los años 60 del siglo pasado, no pudieron o no supieron afrontar el cambio de modelo económico de las Islas, que se decantó hacia el turismo, abandonando de forma importante la agricultura y la ganadería como base de la economía. Eso hizo que muchas familias, propietarias de inmuebles en el Casco se desplazaran hacia Las Palmas en busca de otras inversiones ligadas al sector servicios y los propios agricultores y ganaderos dejaran, en gran parte, esta actividad para engrosar la población trabajadora de los municipios del Sur en el nuevo sector económico. Las ciudades entraron en una crisis muy profunda, pero en el caso de Guía fue particularmente especial. La Ciudad de Guía, se congeló. No hubo un cambio de modelo económico y la arquitectura no se reutilizó para el desarrollo de un tejido comercial masivo como pudo ocurrir, por ejemplo, en Gáldar, que tuvo, en muchos casos, efectos perniciosos en el patrimonio histórico producido por las necesidades funcionales de esa actividad. Guía dejó la ciudad histórica a un lado y buscó el ensanche.
De hecho, en el archivo histórico existen los primeros proyectos de ensanche hacia las huertas desde la época de D. Rafael Velázquez a finales de los 50, buscando una ciudad completamente nueva. La conexión con la zona central de la plaza con ese ensanche, se hacía mediante aperturas de vías peatonales en escaleras que cruzaban, en un primer intento, por la propia Fonda de los Artiles abriendo una portada más ancha y después por la parcela que ocupa el actual casino tras el incendio del edificio anterior. Pero ninguno de esas intenciones se ejecutaron, afortunadamente.
Pero el ensanche, el crecimiento de la ciudad histórica, tardó décadas en materializarse…
En efecto. Como quiera que el ensanche se hacía esperar, los intentos de darle a la Ciudad “un nuevo aire” se tradujeron en actuaciones puntuales desafortunadas en la propia Ciudad lo que se materializó con la construcción en los años 70 de dos edificios de gran altura para suplir las carencias residenciales del casco con pisos “más modernos”, uno de ellos (donde se encuentra la oficina bancaria BBV) incluso sin plazas de aparcamiento, de lo que deduzco que alguien pensó en una nueva y desesperada imagen de “modernidad urbana” pero sin reflexionar en sus consecuencias. Independientemente de su altura, su efecto sobre el medioambiente urbano se observa por ejemplo desde el Lomo Guillén pues estas actuaciones edificatorias no resolvieron la imagen dura que ofrecían sus paredes ciegas, excesivamente presentes. Asímismo, la primaria necesidad de tener espacios libres más amplios, que la gente demandaba de los poderes públicos desde finales de los 80, se buscaron en San Roque, en espacios ya históricamente consolidados, parte de la memoria de la Ciudad, que tuvo el efecto directo de la desaparición y pérdida del antiguo cementerio para convertirlo en plaza.
Al menos, la ciudad salvó ese periodo tan destructivo para los conjuntos históricos que fue el urbanismo desarrollista de los primeros años de la democracia…
Sí. En el Casco Histórico de Guía, no se produjo un efecto generalizado del urbanismo destructivo de los años 70 y 80, sino de forma puntual. El resto de la ciudad, que no fue renovada en su momento para nuevas actividades, yo creo que se ha convertido en una verdadera oportunidad para partir de cero y desde el punto de vista del pensamiento actual, creo que más comprometido con la recuperación de la memoria, debe de estar ligado a la recuperación de la gran cantidad de patrimonio que fue salvado por estas circunstancias históricas. Pero pienso, igualmente, que ese interesante salto en el tiempo, desde el pasado, que ha dado la Ciudad de Guía, ha dejado sus efectos negativos, en el propio estado de deterioro con el que ha llegado a ese momento y en el que se encuentran muchos edificios que de forma urgente necesitan su recuperación, para lo cual el casco necesita motorizarse con iniciativas públicas o privadas como puede ser por ejemplo usos que en este caso la universidad u otras iniciativas, generen como complementarios.
¿Qué supuso para el Conjunto Histórico de Guía la aprobación en el año 2000 del Plan Especial de Protección y Reforma Interior?
Pues dotarla de un instrumento de planificación urbana que la propia ciudad demandaba urgentemente después de la declaración de Bien de Interés Cultural a principio de los años 80. Se acabó con la incertidumbre que hasta cierto punto originó esta declaración, pues solo se trataba de una delimitación jurídica, reconociendo el gran valor patrimonial e histórico del centro de la Ciudad, pero sin propuesta urbanística. Con la aprobación del Plan, el PEPRI, se trasladó por primera vez dicha afección jurídica al espacio físico de la Ciudad, materializando por ejemplo, en un catálogo, el grado de protección de cada edificación con las actuaciones y nuevos usos que se permitirían en las mismas para incentivar su rehabilitación y conservación. Otro aspecto a señalar del PEPRI es que no se circunscribió solamente a la delimitación del Bien de Interés Cultural, sino que trascendió más allá del mismo, reconociendo los límites reales de la Ciudad de Guía e incluso empezó, aunque muy básicamente, a reconocer y buscar relaciones con espacios vacíos del borde, en torno a los barrancos de Guía y de las Garzas, que eran una oportunidad de constituir un anillo verde de transición con las nuevas implantaciones urbanas más modernas.
Dieciséis años después de su aprobación, ¿es necesaria su revisión o sigue siendo un instrumento válido para resolver los retos a los que se enfrenta el casco histórico?
Es absolutamente necesaria su revisión, sin duda alguna. Es claro que las necesidades y los retos a los que se enfrentaba el Casco histórico en los años 90 estaban menos definidos que ahora y creo que se tenía bastante conciencia de los problemas que había, pero no tanto de los instrumentos urbanísticos y socioeconómicos para resolverlos. De hecho, el nuevo Plan General que está a las puertas de su aprobación definitiva, mandata la revisión del PEPRI del Casco de la Ciudad y por cierto también del PERI de la Atalaya y Becerril que ya estamos acometiendo.
¿Y qué novedades introduce esa revisión?
Ya de entrada, su delimitación cambia, circunscribiéndose a la ciudad compacta, pues se ha realizado, a mi entender, una mejor lectura de lo que realmente es un Plan Especial de Protección y su función, dejándole a la ordenación y gestión del Plan General las nuevas áreas que conformarán el anillo verde de la Ciudad, que están ligadas a los barrancos tal como antes comenté y que no tiene ningún sentido que estén incluidos en la delimitación del Plan Especial. El nuevo Plan General, que estimo es de una muy alta calidad urbanística, mira a la Ciudad Histórica como una futura centralidad ya no solo a nivel municipal sino comarcal.
Hace unas semanas leí en una entrevista a una jurista especializada en urbanismo en la que afirmaba que el urbanismo estaba en crisis al dejar de priorizar el largo plazo y no entender la ciudad como un todo, sino centrarse casi exclusivamente sobre el medio edificado. ¿No crees que el PEPRI responde a este modelo ya caduco de urbanismo?
Efectivamente, el urbanismo actual, va por otros caminos, pues busca más interacciones de la Ciudad con otros territorios urbanos de distinto carácter con los que deben complementarse. Tengo que decir que este Plan se redactó desde comienzos de los años 90, aunque se aprobó en el 2000, con unas Normas Subsidiarias municipales de las más antiguas de la isla, muy desarrollistas y que se interesaban poco por la Ciudad existente, lo que lo hizo nacer con una cierta fragilidad. Precisamente la mayor debilidad del PEPRI de Guía es que la ciudad histórica a la que se circunscribe su ámbito de ordenación, no se observaba en aquel momento, dentro de una estrategia global municipal e incluso comarcal en la que debería incluirse, tal como dije antes. Esta es la razón de que no hayan cuajado muchas de las actuaciones de renovación urbana que en los bordes del PEPRI se proponía, pues éstas, que eran de iniciativa pública, tenían un costo y los recursos para su ejecución no podían producirse solamente en el ámbito del Casco Histórico, más aún cuando la ciudad histórica sufría y sufre actualmente, un continuado vaciamiento demográfico. Afortunadamente ahora, he de reconocer que en base a esa debilidad conceptual, los poderes públicos se han dado cuenta de que sin una visión estratégica del territorio a largo plazo, no se puede caminar, ni siquiera en el corto plazo. El urbanismo de la inmediatez ha dejado el lugar a un urbanismo más analítico y reflexivo de futuro.
¿Qué grandes retos urbanísticos tiene que afrontar la ciudad de Guía?
Debo de decir que muchos y muy importantes. Creo que como todas las ciudades en general, los problemas son semejantes y dependiendo del tipo de ciudad priman unos sobre otros. Te diría que me preocupa mucho el problema de la despoblación del Centro, el dominio del vehículo sobre el peatón en espacios emblemáticos de la Ciudad, la falta de espacios verdes a media y gran escala y el acometer operaciones de rehabilitación urbana urgentes en el centro histórico y aledaños.
Pero quisiera decirte también que indudablemente Guía es un espacio con identidad y siempre ha estado muy mimada por sus habitantes, es decir, se la reconoce inmediatamente por sus símbolos y es una exaltación continua para los sentidos. Está llena de lugares por la que se la puede identificar, y está presente en la memoria de cada guiense, por lo que ha logrado conservar, como pocas ciudades, su identidad en la que se puede cimentar cualquier actuación futura. Pero sí que pienso que ese espíritu narcisista de mirarse a sí misma con orgullo y ese celo por no perder sus señas de identidad le hizo perder en su momento gran parte de esa función territorial potente que ostentaba antaño, o si lo quieres llamar su rol territorial y que, pienso, va muy vinculado a su historia. Pero, creo, que esta función olvidada sería muy fácil de recuperar: es solo “desempolvarla” y lo más importante es que serviría para abanderar y liderar acciones territoriales necesarias en la Comarca.
¿Qué es lo que nos define como ciudad, como espacio y territorio singular, Juan Luis?
Lo que tiene Guía, es que no se tiene que inventar nada, pues las funciones que ha ejercido tradicionalmente han estado muy inteligentemente ligadas a su territorio y a las necesidades o inquietudes, vamos a llamarlas “espirituales y humanísticas de sus gentes”. En este sentido su actividad estrella que siempre ha sido la agrícola-ganadera, se desarrolla en un territorio excepcional a todos los niveles. Igualmente debe de buscar el desarrollo de la cultura artística y la tradición artesanal, que vienen muy derivadas de esas actividades y finalmente fue y es muy importante su especialización en el fomento de la educación y el conocimiento al más alto nivel, que a nadie se le escapa lo ha ejercido históricamente y lo podrá seguir ejerciendo hasta el punto de ostentar el privilegio de la enseñanza universitaria. Yo siempre digo que nada llega por fortuna o casualidad y en este caso diríamos que Guía ha sabido esperar, algo envejecida eso sí, pero puenteando épocas muy perniciosas para la ciudad histórica, que otras ciudades han sufrido, como fueron los planteamientos más destructivos de los años 60 y 70.
¿Y qué usos o intervenciones concretas necesita la ciudad para recuperar ese rol tradicional?
En primer lugar, el Casco de Guía nunca ha estado ligado a un solo uso especializado. Obviamente el uso residencial es el que conforma y debe de seguir conformando el tejido urbano general de la Ciudad. Estoy totalmente en contra de la terciarización y deshumanización de los Centros Históricos, es decir, convertirlos en ciudades sólo de servicios, museos y tiendas de souvenirs, es decir “parques temáticos”. El corazón de la ciudad la componen sus ciudadanos, los cuales tienen que tener el derecho a vivir cómodamente utilizando el patrimonio edificado que hay, y que como estarás de acuerdo conmigo, está despoblándose, lo cual ha sido el primer factor de su deterioro. Para ello, deben de desaparecer las incertidumbres, por ejemplo, de cómo actuar en el patrimonio protegido, es decir, como modernizarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos sin desvirtuar ni un ápice su esencia, pero igualmente, sin que eso sea un calvario técnico o administrativo para el particular. Esto, creo que sería un escollo menos para sus propietarios cara a su reutilización.
¿Rehabilitar y restaurar para reconvertir la ciudad?
Sí que creo que existen edificios históricos en Guía, construidos inicialmente como viviendas, que por su riqueza arquitectónica, histórica, o incluso hasta por sus grandes dimensiones, pueden albergar usos distintos al residencial donde se pueden implantar esos nuevos usos que reforzaría ese papel que siempre jugó. Esa pequeña ciudad muy habitada, que fue centro de la comarca y que yo llamaría en términos contemporáneos “polifuncional” tenía una actividad diversa porque en ese momento era “el total de la Ciudad con mayúsculas”: se vivía, se hospedaba, se compraba, se vendía, se diseñaba, se cultivaba el espíritu o el alma, se enseñaba, se moría e incluso se enterraba a los muertos en ella. El pequeño comercio de calidad y de todo tipo, que se multiplicaba en algunas zonas mezclado con la residencia y que convivía perfectamente con el mercadillo agrícola tradicional que se realizaba en la plaza central, por cierto y entre paréntesis, he de decir que recuperar las plazas la considero una actuación de recuperación pública de las más urgentes. Por lo cual estimo muy positivo el proyecto de participación ciudadana para su revitalización que acomete el Ayuntamiento actualmente. Como decía, toda esa actividad comercial-artesanal contrastaba con una alta actividad humanística e intelectual ligada a la administración territorial y la educación, que al tiempo demandaba espacios de hospedaje a los necesarios visitantes que venían a ejercer un trabajo de apoyo a esas actividades. Todo esto hoy en día, puede ser posible otra vez.
¿Tiene Guía potencial turístico para conseguir que el visitante no sólo llegue a la ciudad atraído por sus valores sino que pernocte aquí?
Toda ciudad con identidad puede generar una actividad turística muy importante y creo que a nadie se le escapa las posibilidades que el turismo cultural tiene en Guía. Por ejemplo, siempre he pensado que la mejor manera de explicar de la forma más gráfica a un alumno de historia canario o a un grupo de visitantes, la época de la ilustración en España, es traerlo a Guía de excursión. Es como traerlo a un museo de la Ilustración, que es la ciudad entera. Se encontrará el mejor ejemplo de poeta, el mejor ejemplo de escultor y arquitecto y el mejor ejemplo de político librepensador. No hay que ir más lejos. ¡Y te diría que aún quedan librepensadores y buenos artistas por aquí….! Por tanto, no a la terciarización de los usos. Sí a la Ciudad polifuncional.
Se comenta mucho el fracaso de la peatonalización del Conjunto Histórico de Guía en comparación con la gran mayoría de centros históricos de la isla. Urbanísticamente, ¿qué ha fallado para que Guía no cuente en la actualidad con una importante representación de calles peatonales en su trama?
Creo que en este tema concreto, al igual que muchos otros, lo que más ha fallado ha sido el fomentar la participación de las diferentes asociaciones económicas, culturales, sociales y del ciudadano en general en la toma de decisiones acerca de este tipo de actuaciones que creo que siempre enriquecen el resultado y son mejor entendidas que aquéllas que son hechas de forma unilateral. Y no lo digo porque piense que las asociaciones ciudadanas estén en contra de la peatonalización de algunos espacios; todo lo contrario. Me consta que algunas de ellas han estado incluso por delante de la propia voluntad de la administración pública de hacerlo de forma decidida. No hay que ser un gran viajero para darse cuenta de que, hechas con cabeza, estas actuaciones han sido muy fructíferas para todas las ciudades históricas particularmente, pues el vehículo no estaba inventado cuando éstas se construyeron. El vehículo ha producido una invasión del espacio público, espacio que debe de volver a los ciudadanos.
La plaza de Guía, por ejemplo no es solo la plaza Grande o la plaza Chica. Precisamente, las monumentales escaleras de la iglesia van a desembarcar a un tercer espacio que incomprensiblemente aún hace la función de viario y de aparcamiento y que siempre está invadida de vehículos intentando hacer maniobras extrañas para salir, como si de una rotonda se tratase.
Entonces, ¿qué es necesario que ocurra para que Guía se sume a ese proceso de peatonalización y de devolución al ciudadano de espacios que fueron construidos, como bien dices, antes de la llegada del coche?
Es preciso que todos cambiemos nuestra mentalidad. Debo decir que los aparcamientos disuasorios son una ayuda pero hay que pensar que cuando estén, no van a estar en el subsuelo de la plaza, sino en los exteriores del Casco. El asunto es que los visitantes que vengan de otros lugares a hacer gestiones, a trabajar o a visitar sencillamente la ciudad, dejen de pensar que hay una plaza de aparcamiento esperando en la puerta del Ayuntamiento o en la puerta de la iglesia, sino que es preciso recorrer peatonalmente una distancia prudencial para llegar al Centro, como ocurre en miles de ciudades. Otra cuestión bien distinta es que los espacios públicos deben de ser accesibles eventualmente al vehículo por razones de cubrir las necesidades de accesibilidad a los garajes de los habitantes de la zona, a la carga y descarga en comercios y a las personas con problemas de movilidad, como es lógico.
Debo de reconocer que éste es un tema que me duele y me enerva especialmente como urbanista, precisamente por el fracaso que ha supuesto en Guía. Yo concibo el espacio público como si fuera un hábitat interior de un gran objeto arquitectónico que es la Ciudad y en un espacio público concebido como doméstico, la peatonalización es esencial, sustancial, preliminar a todo. El humo, el ruido, la prisa motorizada es contraria a la Ciudad Histórica y debe de quedar fuera de ella. Sin la peatonalización, el Centro Histórico de Guía no tiene salvación.
El torreón-mirador, la casa Condal, la casa Cuartel, los Salesianos, la conocida como fonda de Los Artiles, la casa de doña Eusebia, la casa de los Barea. ¿Qué hacer con este enorme y valioso patrimonio arquitectónico? ¿Ha de ser la inversión pública la única vía para su recuperación?
Bueno, has dicho ejemplos paradigmáticos que ahondan en la llaga pero que sinceramente creo que habría que extender a todo el espacio urbano de la Ciudad, incluso sus plazas y calles. Tal como se desprende de lo que has informado tu hace poco, hasta los árboles centenarios que crecen en los patios de las casas emblemáticas, ¡están en peligro!.
Creo, en primer lugar, que la administración pública tiene muchas herramientas e incentivos para ayudar a recuperar este patrimonio, aunque sea privado. Sería una falacia pensar que un Ayuntamiento como el de Guía fuera capaz de no solo adquirir sino rehabilitar aunque fuese parte de ese patrimonio. No obstante, sí que pienso que el ayuntamiento, como administración más cercana a los ciudadanos, puede y debe liderar una estrategia público-privada de recuperación de esos bienes. Para ello y con las bases propuestas por el planeamiento, en cuanto a nivel de usos, protección, etc, habría que tratar cada caso específico, pues si nos ponemos a ahondar en cada una de las edificaciones que has nombrado, cada una tiene una problemática diferente que debería de estar despejada cuando las iniciativas de inversión llegaran. Se trata de insistir, no de dejar morir las posibilidades con el día a día. Es un problema creo, no solo de inercia inmovilista de la ciudad sino de perseverancia y coordinación de las administraciones públicas. He de decir que hay tres administraciones públicas canarias con competencia técnica o económica en la recuperación del patrimonio que son el Gobierno de Canarias, Cabildos y Ayuntamientos. Unas dependen de las otras y eso gestionarlo es complicado sin un ente coordinador.
Imagino, también, que cada inmueble tendrá una casuística diferente que dificulta luego la gestión de los mismos.
Todos sabemos que no es lo mismo el problema de la recuperación del edificio de los Salesianos que es un legado testamentario de un edificio no de culto, que fue otorgado al Episcopado, que el torreón- mirador que es eminentemente privado, cada uno con unas posibilidades de uso diferentes.
Bajo mi punto de vista, el Ayuntamiento sí que debería, en función de las necesidades dotacionales en el Casco y tras un análisis de la aptitud e interés patrimonial de los edificios históricos, designar como adquiribles, creo que al contrario de lo que se suele pensar, aquél o aquéllos que tienen más problemas técnicos y económicos para su rehabilitación, como acción ejemplificadora, pues es la administración la que en principio tiene más capacidad rehabilitadora en estos tiempos de crisis en el sector financiero. Además, existen muchas necesidades de dotaciones en el Casco para motorizar la actividad en el mismo y sobre todo urge, en este caso, el corto plazo para actuar en algunos edificios, antes de que sea demasiado tarde.
Una de las vertientes del urbanismo que más se ha desarrollado en los últimos años es el denominado urbanismo participativo. ¿Qué rol juegan los habitantes de Guía en el planeamiento y gestión de su espacio vital?
Hasta ahora, creo que la participación ciudadana ha sido muy malentendida tanto por los poderes públicos como por los ciudadanos. Se trataba de que por parte de la administración, se dispusiera de un período de tiempo para hacer alegaciones a un Plan impuesto, para cumplir con el expediente. Los ciudadanos, mientras, creían que solo debían alegar sobre su problema particular. La pregunta ¿y qué pasó con lo mío? es significativa. Esto no tiene nada que ver con lo que tú planteas que efectivamente es el futuro de la planificación urbana, pues al fin y al cabo la Ciudad la hacen y la disfrutan día a día los ciudadanos y deberían de participar más activamente en la toma de decisiones.
Yo sinceramente espero y me consta que por parte de los responsables públicos hay voluntad de hacerlo así, que el nuevo PEPRI que se redactará el año próximo sea un éxito en el fomento de la participación ciudadana y no sea un ejemplo de fracaso de los enfoques dirigistas organizados “desde arriba hacia abajo” que lo único que crearía es desconfianza entre administración y ciudadanos.
En este sentido, a veces tengo la sensación de que la Ciudad Histórica de Guía hasta ahora ha interesado exclusivamente a especialistas que han realizado análisis e investigaciones múltiples y también a algún que otro visitante, por sus valores históricos y patrimoniales. Yo creo que es el momento para que la ciudad, como espacio social que es, vuelva a sus ciudadanos, incluyendo y eso es muy importante a la gente más joven por todo aquello que les queda por decir y hacer.