Dos emprendedores orientales reemplazan con su marca a Muebles Atlántico Norte

  • El nuevo centro comercial de capital chino abre en noviembre
  • Los dos emprendedores orientales, que reemplazan con su marca a Muebles Atlántico Norte, invierten un millón de euros y anuncian la creación entre 25 y 30 puestos de trabajo directos
  • La oferta abarca diversidad de artículos para el hogar, además de un espacio de recreo infantil y un posible gimnasio con las últimas tecnologías

Amado Moreno //

El nuevo centro comercial de capital chino que sustituye a Muebles Atlántico Norte en el municipio norteño, con el nombre de Hiperbúho, ha comenzado su cuenta atrás para abrir sus puertas en la primera semana de noviembre. Previsiblemente lo harán entre los días 5 y 7.

Los dos jóvenes emprendedores orientales, timoneles del negocio, así lo han confirmado a este periódico en el transcurso de una conversación en la que abundaron sobre las razones que les han movido a esta inversión en la Comarca Noroeste, a la vez que revelaron detalles de su experiencia laboral y empresarial tras su llegada España, hace más de una decena de años.

Ellos son Franky Zhuo (1987, Cantón) y Guang Jiang (1986, Fujiam). Ambos casados con ciudadanas de su misma nacionalidad china, con tres y dos hijos, respectivamente. El primero, residente en Las Palmas de Gran Canaria, y el segundo, en Santa Cruz de Tenerife.

Los dos hablan español. «Yo lo aprendí en Barcelona ciudad en la que residían mis padres y a la que llegué a los 14 años. Hablé mucho antes el catalán porque era la lengua imperante en el colegio al que acudía», recuerda hoy Franky Zhuo. «El español lo autoaprendía en los distintos trabajos que fui desempeñando después», puntualiza.

Elude manifestarse sobre la tensa situación actual por la que atraviesa Cataluña. Su discreción parece determinada más por su prudencia y distancia física del conflicto que por el desconocimiento o desinformación de lo que ocurre allá.

Admite que en Cataluña descubrió una dura escuela de aprendizaje de la vida, pero de gran utilidad para su futuro después de abandonar los estudios en el colegio. Sucesivamente experimentó variedad de oficios: cocinero, camarero, portador de comidas a domicilio, etc.

Por su parte, Guang Jiang se estrenó en Zaragoza como cocinero, tras arribar a España. Permaneció en la capital aragonesa apenas un año. Después se trasladó a Tenerife, donde ha cumplido ya 13 años de residencia, ligado a la red de bazares chinos «Amigo».

Ambos se muestran ilusionados con esta apuesta inversora en la Comarca Noroeste de Gran Canaria. «Hemos coincidido en llamarle Hiperbúho porque se trata de una gran centro comercial. Ya teníamos uno más pequeño en Miller Bajo de la capital grancanaria. El búho es considerado tradicionalmente símbolo de buena suerte. Confiamos en la suerte del búho para este reto en el que ponemos no solo nuestra experiencia y entusiasmo. También, lo que no es menos importante, porque aportamos un millón de euros en la inversión».

Aseguran que su macronegocio genera de inmediato entre 25 y 30 puestos de trabajo directos. No tienen cuantificada la cifra de los indirectos.

El hipercentro comercial se extiende sobre una superficie de 7.500 metros cuadrados, en la que se levantaba parte del emporio de Muebles Atlántico Norte. La duración del contrato de arrendamiento de las instalaciones a la anterior firma es por ocho años.

«Naturalmente estamos dispuestos a ampliar ese plazo si la inversión que hacemos ahora se amortiza en tres años y el negocio se consolida ofreciendo una rentabilidad razonable cada año», opinan ambos emprendedores chinos, en presencia de Ramón Díaz, socio fundador de Muebles Atlántico Norte.

Son optimistas, con la típica moderación oriental. Razonan que su propuesta se diferencia de las demás existentes, es competitiva en precios, amplia y muy variada en utensilios para el hogar.
En respuesta a otra pregunta, matizan que la mercancía no es exclusivamente de procedencia oriental: «También hay de origen español, portugués y francés, además de una canaria, esta ciertamente muy reducida, consistente en productos de limpieza, cuyo proveedor está radicado en Tamaraceite».

Destacan el enclave estratégico del establecimiento como posible faro comercial para la zona, y atractivo también para los potenciales clientes de otros municipios en sus habituales visitas al Norte durante los fines de semana.

«Hemos previsto destinar incluso un espacio de recreo infantil y la apertura de un gimnasio dotado de las últimas tecnologías, tras constatar una carencia de lo último en la comarca con las dimensiones que pretendemos», añaden en su misma exposición de lo que pretenden implantar con el tiempo.

Con experiencia empresarial en Tenerife y Gran Canaria, Franky Zhuo y Guang Jiang apuntan otro argumento para haberse inclinado por la segunda en esta inversión: «La actividad comercial es mucho más potente en Gran Canaria. Así ha sido también históricamente. Es la diferencia entre una sociedad marcadamente cosmopolita y otra rural como la tinerfeña, dicho esto sin la menor intención peyorativa».

No se sienten ofendidos cuando se les cita la proverbial expresión usada en España «trabajas más que un chino». Al contrario, la consideran un halago de reconocimiento y amor al trabajo. Niegan cualquier intento de sobreexplotación en su nueva empresa: «Se aplicará la legislación laboral española de ocho horas diarias», afirman con rotundidad compartida.

Por último confiesan que aunque no han detectado grandes repercursiones económicas en las Islas y en el comercio con China tras las sucesivas escalas o visitas de los últimos presidentes de su país en Gran Canaria, éstas han servido al menos para situar Canarias geográficamente a la vista de casi 1.400 millones de chinos; los que habitan el país más poblado del planeta Tierra, dirigido hoy por Xi Jimping, considerado el lider más poderoso desde Mao, que, paradójicamente, lo desterró de Pekín en otros tiempos, y durante unos años, a una aldea troglodita para reeducarlo. Giros sorprendentes que da la vida.

Hace unos meses, Jimping fue ilustre huésped en un hotel del sur de Gran Canaria para unos días de descanso. Nada que ver con la cueva en la que lo confinó Mao.

NOTA.- Publciado en La Provincia

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