Entrevista a la soprano guiense Elisandra Pérez Melián
Una soprano canaria recorre distintas salas por el continente europeo. Nacida en 1984, Elisandra Melián ha tenido la ocasión de realizar diversos recitales líricos por el ámbito nacional e internacional en salas como el Liceo de Barcelona, la Ópera de Versalles o el Teatro del Capitolio de Toulouse. Esta guiense estará presente en la próxima Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria donde interpretará uno de los roles en Le Portrait de Manon, de Massenet, el próximo mes de marzo.
¿Cuándo fue el momento en el que pensó en que realmente quería dedicarse a ser cantante?
Nunca llegué a pensar que viviría de esto. Siempre me ha gustado la música. De pequeña la escuchaba de todo tipo, sobre todo la salsa, la bachata, los boleros y la música folclórica. Todo aquello que nos rodea en Canarias. Fui una niña muy hiperactiva. Mi madre me apuntó en danza clásica y luego estudié en el Conservatorio. Puede ser en ese instante cuando mi vida se fue bifurcando hacia lo que es ahora. Fue poco a poco hasta el punto de convertir mi hobby en una profesión.
¿Cómo descubrió la ópera?
A medida que empezaba con la danza, la música clásica comenzó a estar presente en mi vida. Me fui interesando, sobre todo, por las bandas sonoras de las películas, donde suele haber mucha ópera. Recuerdo que el momento exacto en el que me entró ese gusanillo. Fue cuando descubrí Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, mientras preparaba un baile en clase.
¿Qué es lo que más le gusta del mundo de la ópera?
El poder subirme a un escenario. Es una profesión muy difícil, pero desde el momento en que estás en él y escuchas los primeros compases, te sumerges en la obra y eso reconforta. Ese frenesí te hace olvidar todas aquellas adversidades por las que se ha tenido que pasar para llegar hasta ese momento y hace amar mucho más esta profesión.
Ahora mismo se encuentra en Alemania.
En 2013 vine a Alemania, en concreto a la ciudad de Friburgo, para estudiar un Máster de Ópera en la Escuela de Música y seguir creciendo como artista y profesional. He tenido el privilegio de trabajar en varias producciones de aquí. Una de las complicaciones ha sido la lengua. Llegué sin conocer el alemán, pero me he ido adaptando y comenzando a dominar un idioma, que aunque pueda parecer en un principio feo, una vez que te sumerges en él, empiezas a ver los matices que se le pueden dar. Además, es junto con el italiano, inglés y francés, uno de los idiomas más importantes en el mundo de la ópera.
Usted es una persona joven, pero con un amplio bagaje: ha cantado en grandes lugares, ¿de ellos, cuál supuso una emoción especial?
He tenido la suerte de poder cantar en muchos lugares. De todos guardo buenos recuerdos, pero, si tuviera que elegir, me quedaría con la Ópera Real de Versalles y el Teatro del Capitolio de Toulouse. El primero de ellos se encuentra en el mismo castillo. Cantar ahí fue realmente mágico, porque está lleno de historia. Te inundas en la época de María Antonieta o Luis XIV, entre otros. Todo ese lujo sigue intacto ahí, como si no hubieran pasado los años. Mientras que el segundo es una de las principales salas de Francia, donde llevé a cabo mi primer papel protagonista en una zarzuela, en el papel de doña Francisquita, en la obra homónima. Además, ahí también debutó una de mis ídolos, la soprano francesa Natalie Dessay. Y por supuesto, nuestro teatro, el Pérez Galdós. Tras ver el teatro durante bastantes años cerrado y sin que nadie se hiciese cargo de su restauración, pisarlo era todo un sueño que se cumplió en el 2009. Hice un pequeño papel como la Barbarina en Las Bodas de Fígaro. Todo ello gracias al director de entonces, Juan Cambreleng, que se acordó de mí y me dio la oportunidad, como canaria, de actuar en una producción cuyo equipo eran todos de fuera. Esa fue la primera vez que canté ante un gran público. Lo recuerdo con mucho cariño. Además del hecho de que cantar en tu tierra te añade más presión porque quieres demostrar más.
¿Cómo andamos de voces líricas en las islas?
En Canarias tenemos grandes artistas. Tenemos un material espléndido y casi único. Como me han dicho, la voz canaria se caracteriza como cálida y aterciopelada, pero profesional a su vez. Lo llevamos en la sangre, esa alegría, esa sencillez de la tierra en la que nos hemos educado y crecido. La mayoría de cantantes que conozco, entre los que me incluyo, han crecido con música a su alrededor, especialmente del folclore. Sus padres solían tocar instrumentos y eran capaces de hacer un tenderete en cualquier momento. Eso nos hace tener un mayor potencial que quizás no lo haya en otros lugares.
¿Cómo ve el trato que se le está dando a la cultura en España, especialmente al mundo de la ópera?
La ópera, como otros sectores como el teatro o el cine, está sufriendo mucho. Está encontrándose con muchos muros como es el IVA cultural. Se ha infravalorado. No está recibiendo el trato que se merece. Hay salas que están pasando serias dificultades para subsistir pero, por amor al arte y también a su público, hacen grandes sacrificios para poder seguir ofreciendo al espectador distintas representaciones, aunque sean menos que antes. El mundo de la cultura, en general, necesita una ayuda y que se bajen los impuestos que tiene hoy en día para poder abaratar las entradas y conseguir así atraer más público. Además, la ópera tiene que bajarse de las nubes. Ahora mismo está orientada hacia las clases altas y eso no es justo. Tiene que acercarse a un público normal y abandonar todo ese elitismo que le rodea.
¿Cuáles son sus próximos proyectos? ¿La veremos pronto cantando en Canarias?
Ahora mismo estoy inmersa en un pequeño rol en una obra llamada El Trovador, con la que cantaré en Suiza y en otro teatro de Alemania. En noviembre estaré en Oviedo, donde interpretaré la Barbarina en Las Bodas de Fígaro. Será mi estreno en el Teatro Campoamor, lugar donde se entregan los Premios Príncipe de Asturias. Además, estaré presente en la próxima Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, donde trabajaré en Le Portrait de Manon, de Massenet, a las órdenes del director Juan Luis Martínez los próximos 15, 17 y 19 de marzo de 2015 en el Teatro Pérez Galdós.
FUENTE: La Provincia 26/10/2015
AUTOR: Diego R. Moreno