La exaltación de algo dubitable

Por Juan Dávila //
Una vez más vuelvo a convertirme en el defensor a ultranza de cuanto leo, que posiblemente no quiera atentar contra los valores y virtuosismo que mi pueblo Guía de Gran Canaria, ostentó hasta no hace muchos años.
En el caso que nos ocupa es posible que no sea así, pero en el artículo al que me refiero obviamente, se intenta acreditar algo que no se ajusta a la realidad, dándole protagonismo en este caso a algo que nunca ocurrió, que posiblemente sea debido al desconocimiento por parte del autor del mismo quiero pensar, pero posiblemente, si trate de defender la relación que autor del citado artículo, haya tenido con la institución que trata de valorar.
Entrando de lleno lo que quiero manifestar relacionado con un artículo publicado en La Provincia/DLP, el once de octubre, cuyo autor es un buen amigo, Amado Moreno, al cual conocí muy jovencito cuando vino a Guía junto con su familia. No es mi intención polemizar.
Dios me libre con tan excelente periodista. El día de autos Amado, publica en la pagina catorce de este rotativo un trabajo, muy bueno por cierto, donde observo que muchas de las cosas que expone son al menos “dubitables”.
En la portada del mismo, con el lema: Galdár, Factoría de Progreso: relata una serie de cuestiones relacionadas con la enseñanza, creándole una serie de dudas a los lectores de los medios de comunicación, y especialmente a los vecinos de Guía que posiblemente, desconozcan cuanto ocurrió en la comarca, norte-noroeste, en aquellos tiempos relacionados con la enseñanza.
Todos somos conscientes que Guía últimamente ha perdido cierto protagonismo, motivado por una serie de cuestiones totalmente ajenas a sus moradores, pero por lo que he podido observar recientemente nuestra ciudad, cuna de ilustres próceres, vuelve a revivir con enorme ímpetu, en busca de sus laureles perdidos.
Aquella enorme prosapia de antaño que siempre distinguió a nuestro pueblo, donde las vivencias de diferentes matices que le revestían, lo situaron en el punto más álgido de los pueblos canarios, algo que incluso repercutió a nivel nacional, donde su desarrollo cultural, musical y festero, era conocido en todo el territorio español. El concierto navideño, dado por la Banda Municipal en estos días, donde intervinieron donde extraordinarios cantantes, interpretando “La Traviata”, me hace pensar, cosa que me alegra, que mi pueblo ha encontrado de nuevo el camino de la grandeza que nunca debió perder.
El título del documento literario en sí, lo denomina: la Academia Cisneros factoría galdénse de progreso, añadiendo a continuación, -adelantada liberal de la época, fue el primer centro de la zona en habilitar aulas compartidas por alumnos de ambos sexos-. Lo siento pero esto que manifiestas en la última parte de este comentario, no se ajusta a la realidad, y le diré, así como a quien le interese saber más sobre estos temas relacionados con la enseñanza, que en el norte y noroeste de la Isla, en aquellos años, solo existían dos centros oficialmente reconocidos, el de los hermanos de la Salle en Arucas y el Santa María de Guía.
Los errores más significativos que observo en su artículo radican especialmente en querer arrogar a la Academia en cuestión, algo totalmente incierto, como se verá más adelante a tenor de lo que a continuación estimo oportuno exponer.
Cuanto comenta en el trabajo citado, pone en tela de juicio, posiblemente sin intención de hacerlo, la grandiosidad de algunas instituciones dedicadas a la enseñanzas, algunas de las cuales todavía perduran en mi pueblo, que en una época eran bastantes, –colegio santa maría, instituto a partir del año 1950, salesianos y dominicas-, más de las que pudieran existir en cualquier ciudad de la isla aparte de Las Palmas, se ve ahora aquilatada con la llegada de la Universidad Portuguesa Fernando Pessoa.
Dice en su artículo, que la singladura de la citada Academia Cardenal Cisneros, que abarcó de 1.949 a 1.969 (veinte años). Le diré que el Colegio Santa María de Guía fue fundado en 1.940, por Don José Rodríguez, sacerdote; Don Manuel Barea, médico; Don Juan Izquier, farmacéutico y Don José Quintano, maestro y funcionario del Ayuntamiento. Desde un principio el centro guíense, oficialmente reconocido por el Ministerio de Educación y Ciencias, contó con un claustro de eminentes profesores, donde en cien por cien eran licenciados, con una única excepción la del maestro Don Bonifacio Rodríguez.
Uno de los primeros que recalo como profesor, fue Don Juan Sosa, licenciado en Filosofía y Letras procedente de su tierra natal, la Aldea de San Nicolás. Algo más tarde llegaron a nuestro pueblo la familia Corti-Reverter, compuesto por los hermanos Don Luis y Doña Pilar, abogado él primero, así como también licenciados ambos en Filosofía y Letras; Doña Encarnación Reverter, licenciada en Ciencias Exactas, alumna del eminente matemático catalán, Rey Pastor, a los que se fueron añadiendo otros, Doña Julia Mendoza, de Agaete, Doña Pilar Abreu, de Guía, la Sra. Ramírez Olivares, Don Víctor de la Nuez, que algunos años más tarde fue, Director del Observatorio de Meteorológico de Canarias, Don Manuel Hernández procedentes de Las Palmas, Don Fernando Quintana, sacerdote, que era capellán del Hospital de San Roque, etcétera.
En él año 1950 se instaló en Guía el Instituto Laboral, dependiente del Ministerio del Trabajo, algo que se consiguió tras de una lucha enconada en Madrid, de nuestro alcalde Don Juan García Mateos, con los más altos funcionarios del citado ministerio. En la actualidad este centro primigenio, se ha convertido en un Instituto de Enseñanza Media.
Con el fin de documentar y proveer este tratado lo más exactamente posible relacionado con la supremacía guíense respecto a la enseñanza y la cultura, en aquellos años, desde la capital hasta la Aldea de San Nicolás tengo que remontarme a la segunda década de los años veinte del pasado siglo, cuando Don Fernando Cambres García, creó en Guía un Colegio privado ajeno a las Escuelas públicas existentes, preparando a jóvenes en sus estudios de bachillerato, grado medio y superior, valga la redundancia, que realizaban sus exámenes trimestrales y finales en Las Palmas y en la Universidad de La Laguna.
Don Fernando era un excelente radiotelegrafista. Las asignaturas más importantes para acceder a esta titulación eran muy complejas. Las mismas tenían connotaciones técnicas y humanísticas. Su extraordinaria preparación le hacían conocedor de tan difíciles materias, además daba clases de Derecho Mercantil y Contabilidad.
De los cientos de jóvenes que realizaron diferentes estudios con Don Fernando, muchos se significaron como excelentes profesionales, convirtiéndose algunos en verdaderos referentes en las diversas materias en que se titularon, médicos, arquitectos, profesores, ingenieros, periodistas, marinos mercantes, telegrafistas, químicos, militares de alta graduación, farmacéuticos, etcétera. Me comentaba Don Enrique Saavedra Galván, -hijo de Don Blas Saavedra propietario de teatro cine Hesperides- ex capitán de Infantería, que formó parte de la División Azul, que Guía había sido comparada con otros pueblos españoles que poseían aproximadamente su mismo número de habitantes, el que más oficiales provisionales había aportado en la Guerra Civil a las tropas nacionales, muchos alcanzaron las más altas y graduaciones y condecoraciones.
Me gustaría informarle, sin reprocharle nada de cuanto manifiesta en su artículo, solo enmendarle algún que otro error, donde sin querer menoscaba, la importancia que siempre tuvo Guía en lo relacionado con la enseñanza y sigue teniendo.
Siendo alumno del Colegio Santa María de Guía, en el año 1946 con 9 años de edad recuerdo, ver en las aulas a jóvenes de ambos sexos, Alicia García, de Gáldar, Alicia Cruz, de Agaete, Nélida Torres, Daría González, Lady y Alfredina García, Lita Caballero, de Guía y muchas más cuyos nombres no recuerdo.
Lo que él dice que la Academia Cisneros que fue el primer centro de la zona en habilitar aulas compartidas por alumnos de ambos sexos, siento decírselo es falso, como queda acreditado por lo anteriormente expuesto.
Don Marcelino Cisneros era un Oficial Instructor del Frente de Juventudes, que llegó destinado a Galdár, como lo hicieron más tarde Pepe Rivero de Guía y Abundio Felipe Lima, de Fuerteventura. La Academia Cisneros comenzó su andadura con maestros nacionales bien preparados no cabe duda, como eran Don Nicolás González y Don Manuel Sosa, Don Manuel Cruz Saavedra, de Guía, Don Rafael Padrón, Doña Carmelina Ramírez. No creo que María Teresa Ojeda diera clase en esa Academia.
Cuando desapareció la Academia en cuestión hizo su aparición el actual Instituto, hay que reconocer que desde un principio ostentó un claustro de licenciados altamente cualificados, entre ellos la Sra. Ramírez Perera, que también dio clases en el de Guía, la Sra. Ojeda Guerra, así como algunos abogados, Don José Carlos González Ruiz de Guía, y Don José Antonio García Álamo de Agaete, incluso un militar Coronel de Infantería en la reserva, Don Francisco Pisos Echave, casado en Guía con Lolita Suárez Díaz.
Lo siento, pero no podía permitir que las aseveraciones realizadas por Amado Moreno pudieran convertirse en un menosprecio,a mi pueblo, seguramente sin voluntad de hacerlo, pero que a fin de cuentas existen en su artículo una serie de irregularidades, que a los profanos en estas lides pudieran hacerles pensar, que lo que siempre se ha comentado sobre la otrora grandeza de Guía fuera una falacia.
Por JUAN DÁVILA GARCÍA.

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