VIVENCIA Nº 29: Maestro Juan y el gangoso

*AUTOR: José Juan Jorge Vega*
Esta anécdota ocurrió en Sardina de Gáldar hace muchos años, siendo yo un chiquillo, y me la contó un amigo de la zona, pariente de uno de los protagonistas.
Jacinto tenía una tienda-bar que al ser la única que había entonces en el barrio le iba muy bien. En esa época a las tiendas se le daba un doble uso para sacarle más rendimiento debido a la falta de bares que había en ese tiempo. Consistía en hacer en uno de los extremos del mostrador un reservado para despachar copas. Y el resto se dedicaba a la tienda propiamente dicha en donde se despachaban todo tipo de alimentos.
Detrás de la tienda tenía una habitación bastante grande que utilizaba de almacén. Y en la parte alta vivía con su familia, su mujer y tres hijos. Era un buen hombre y todos lo apreciaban en el barrio, sobre todo, por los «fiaos» que les permitía a casi todos los clientes, a los que les dejaba una compra semanal a crédito que liquidaría a la siguiente semana. Y así una semana tras otra siempre y cuando no se rompiera la cadena.
Jacinto tenía un pequeño defecto en el habla: Era gangoso y había quien le gastaba alguna broma por su defecto, pero él no se lo aguantaba a todo el mundo y por menos que nada se liaba a la piña con cualquiera.
Maestro Juan era un hombre ya entrado en años y albañil de profesión. Era también un hombre serio y respetado por todos, pero le gustaba, cuando se terciaba, echarse algún chascarrillo. Vivía muy cerca de la tienda-bar de Jacinto y todos los días antes de almorzar le gustaba echarse dos copitas de ron acompañado de alguna tapilla. Jacinto desde que entraba le ponía la botella delante para que el mismo se sirviera, pues era un cliente de confianza. Ese día después de servirse el primer ron, le pregunta: Jacinto tienes algo p’a enyescar….
Le responde mientras atiende a una señora: Pa’rai tengo unas sardinillas de ayer. (Tienen que imaginarse su modo gangoso de hablar). P’os ponme una p’a ver cómo está.
Jacinto le pone en un platito una sardina de tamaño mediano y un cachito de pan. Maestro Juan agarra la sardina por la cabeza y la cola y empieza a soplarla…. Jacinto que lo ve le dice: Maestro Juan no la sople que está fría……. Maestro Juan le contesta: No la estoy enfriando Jacinto, ¡le estoy quitando el polvo!…… porque esta sardina lleva frita más de una semana carajo……..
Jacinto agachó la cabeza y siguió atendiendo a la señora como si aquello no fuera con él. ============

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